Cómo conseguir que el estrés se reduzca
El estrés es totalmente normal en nuestro estilo de vida actual y ya forma parte de nuestras vidas. Hay que intentar que sea un estrés sano y que no nos lleve a la depresión o ansiedad. En la actualidad podemos hablar de la existencia de grandes epidemias de estrés crónico y enfermedades del bienestar (relacionadas con él).
Hay diferentes métodos para conseguir que podamos acostumbrarnos al estrés y tratar con él en la vida diaria. El estrés es la capacidad del cuerpo de adaptarse a estresores internos o externos. El cuerpo es capaz por sí mismo de dominar el estrés a través de mecanismos endógenos y automáticos, pero también hay un enfoque que podemos aprender y activar nosotros mismos. Así, las últimas formas de gestión de estrés se componen de intervenciones orientadas al comportamiento, el ejercicio, la relajación y la dieta, incluyendo el apoyo social y la espiritualidad.
El concepto BERN
El científico alemán Tobias Esch concluye en su obra que es de vital importancia gestionar el estrés utilizando a tal fin intervenciones del estilo de vida. Para ello desarrolló el concepto BERN, que son las siglas en inglés de comportamiento, ejercicio, relajación y nutrición (behavior, excercise, relaxation and nutrition). A continuación, explicamos qué quiere decir cada categoría.
Comportamiento: Por ejemplo, todas las actividades sociales y creativas que causan placer y, de este modo, estimulan la interacción social, la amistad, el amor, etc. Piénsese también en terapia cognitivo-conductual y psicología motivadora y positiva.
Ejercicio: Aquí se incluye tanto entrenamiento aeróbico (correr, nadar y montar en bicicleta, por ejemplo) como anaeróbico (entrenamiento de fuerza).
Relajación: Los masajes, la meditación y el yoga, por ejemplo, pueden ser fuentes de relajación. Además, es importante un buen biorritmo con suficientes horas de sueño (entre siete y ocho horas cada noche).
Nutrición: Un patrón alimentario sano es antiinflamatorio, como la paleodieta o la dieta mediterránea. Los cereales, los productos lácteos, la soja y las plantas de la familia de las solanáceas contienen sustancias pro inflamatorias que es mejor que los clientes eviten.